1988

Primera edición del Pantín Classic, celebrada entre los días 23 y 25 de Septiembre.
Jorge Imbert (Euskadi) se impone en la final a Fernando Adarraga (Galicia), Balbi Irisarri (Galicia) y Roberto Ziller (Brasil).
Gonzalo Casal “Super” vence en la prueba de bodyboard a Luis Veiga.

La Primera edición

Fernando Adarraga y Balbi Irisarri (en la primera foto, con lycras azul y amarilla respectivamente) eran las dos máximas figuras, junto con Chicho Torreiro, del surf gallego a finales de los ochenta. Fernando representaba a la Galicia Norte, y Balbi a la Galicia Sur, las dos comunidades que habían protagonizado los orígenes del surf en Galicia. Ambos, además, colaborarían después en varias ediciones del campeonato como miembros de la organización (difícil de olvidar la retransmisión en directo del campeonato en la TVG con Fernando como comentarista).

Finalistas. De izquierda a derecha Balbi Irisarri, Fernando Adarraga, Jorge Imbert y Roberto Ziller. Fotografía de Gonzalo Cueto.
Finalistas. De izquierda a derecha: Roberto Ziller, Balbi Irisarri, Jorge Imbert y Fernando Adarraga. Fotografía de Gonzalo Cueto.

Jorge Imbert (con lycra roja) llegaba a Pantín de rebote, pero como máxima figura del surf nacional tras ganar durante varios años seguidos el campeonato de España. Seguro que él no se imaginaba aquel día el papel que, en poco tiempo, jugaría en el desarrollo del campeonato gracias a la relación de patrocinio que el Océano Surf Club alcanzó con Quiksilver, y que se prolongó entre los años 1991 y 1997, y durante la cual el Pantín Classic pasó a formar parte del circuito mundial.

Y por último Roberto Ziller, el brasileño de la lycra verde. Roberto representaba la dimensión internacional que al año siguiente alcanzaría el evento gracias a la participación de los primeros surfistas profesionales venidos de Sudáfrica, Australia o Estados Unidos. Él no era surfista profesional. Estaba de vacaciones con su familia en Pantín, en donde entró en contacto con los surfistas locales, e hizo amistad con la familia de Vicente Irisarri, quien le convenció para que participase en el campeonato tras una churrascada en Doniños y mientras disfrutaban de una ricas tostadas untadas con yogur y moras.

El Pantín Classic de 1988 evidentemente no era el primer campeonato que se celebraba en Galicia. El primero del que tengo constancia tuvo lugar en la playa del Orzán en 1972, y desde entonces, casi todos los años se celebraron pruebas que, más que competiciones, eran encuentros entre amigos que se reunían con la disculpa de un campeonato de surf. Pero el Pantín Classic nació con un espíritu diferente. Se buscaba celebrar un evento similar a los que ya estaban teniendo lugar en otras playas de Europa con mayor tradición surfística, y para ello era necesario que el campeonato se abriese a más surfistas que a los que por aquel entonces formaban la comunidad gallega. Sin embargo esta apertura no fue vista con buenos ojos por todos. De hecho hubo muchos que defendieron hasta el ultimo momento, llegando a no participar en el campeonato, la posición de que sólo se permitiese participar en la competición a surfistas gallegos. Afortunadamente esta opción no fue la que venció.

Tal vez por ello, y como reacción, todo surfista que vino de fuera recibido con especial hospitalidad, haciéndoles sentir que sólo con su presencia, e independientemente de su nivel, estaban prestigiando al campeonato. De hecho, casi se puede afirmar que durante los días previos al evento todo aquel surfista que no fuese de aquí, y que estuviese cerca de Pantín, fue invitado fervientemente a participar, no quedándole más remedio que aceptar la invitación. Así fue como los “exóticos” Z. Cordoni de Sudáfrica y el australiano M. Rosser se apuntaron a la prueba tras ser reclutados por Nano Couto la noche anterior. O como se inscribió también el norteamericano Sunway, que al parecer tenía parientes en Cedeira. A estos se uniría el brasileño Roberto Ziller, que estaba pasando el verano en Pantín. Sin querer las cuatro grandes potencias del surf mundial, a falta de Hawaii, estaban representadas en el campeonato.

Jorge Imbert. Fotografía de Javi Amezaga (3sesenta)
Jorge Imbert. Fotografía de Javi Amezaga (3sesenta)

Pero la gran figura, que acabó dando voz al evento en la prensa de la época, fue Jorge Imbert. Jorge estaba en Galicia visitando a su familia, parte de la cual es originaria de la zona de Vigo. No era la primera vez que estaba en Galicia. Su primer viaje surfístico a tierras gallegas había sido uno o dos años antes, y además de descubrir las olas de Pantín, Doniños o Campelo, había trabado amistad con Jarpín, Nano Couto y Pedro Calderón, quienes le animaron a participar.

Así, con una nutrida lista de participantes que obligó a celebrar previamente unos triales para decidir los 32 participantes finales, comenzó el campeonato. Por primera vez hubo jueces no gallegos puntuando las mangas. Vino la prensa, la radio y la televisión, y las olas fueron grandes y constantes. La infraestructura no era evidentemente la de hoy, pero contar con al caseta de socorrismo fue durante muchos años una gran ayuda. Jueces y speakers compartían terraza, protegidos tan sólo por un toldo soportado por unos palos y unas cuerdas, que no eran suficientes cuando la lluvia arreciaba. Micro en mano, de pie o sentados en una silla de plástico, el campeonato se retransmitió con un equipo formado por el amplificador del por entonces concejal de Valdoviño Carmelo Bouza, y unos altavoces que Gonzalo Barro pidió prestados a un grupo de música local. Y para señalar el inicio y final de las mangas, cuando se estropeó la bocina, hubo que recurrir a la sirena de la ambulancia.

Fernando Adarraga en la ola del campeonato. Fotografía de Merche Armental.
Fernando Adarraga en la ola del campeonato. Fotografía de Merche Armental.

Ese año se inició la tradición de que el domingo, antes de las semifinales y la final, se celebrase una comida de confraternización entre competidores, jueces y organización, que tenía lugar en Casa Ramos. Estas comidas se transformaron con el tiempo en cenas, ya que tras el almuerzo los competidores no terminaban en las mejores condiciones para entrar al agua, con sus estómagos llenos a rebosar después de haber degustado una buena muestra de productos de la tierra. Aquel año tocó cordero, y tras ver comer a Jorge Imbert varios platos, muchos pensaron que el favorito no sería capaz ni de levantarse de la tabla. Aún así ganó, ya que su nivel era muy superior al de lo demás, aunque en la final Fernando Adarraga cogiese las olas más grandes. Tercero quedó Roberto Ziller y cuarto Balbi Irisarri.

Y como no recordar el poster. Al igual que el logo del Océano Surf Club, la imagen del campeonato iba a ser diseñada por los arquitectos Suso Irisarri y Guadalupe Piñera. Pero las fechas se echaron encima y no dio tiempo a llegar a la imprenta con el diseño definitivo. Y entonces, y al igual que sucedería en futuras ocasiones con otras urgencias, Gusse Núñez acudió al rescate con un poster/collage creado por el mismo que, con la imagen de un mapa de Galicia de fondo, situaba todas las playas surfeables conocidas hasta entonces en Ferrolterra.

Seguro que se contaron otras muchas anécdotas que me habré perdido. Pero es que además, al no haber asistido a la charla, me he quedado con la incógnita de si en el programa del campeonato de este año se reeditará la final del año 1988. Esa era la idea al menos hace unos meses, y por lo que he oído, en ella ha estado trabajando Fernando Adarraga. Desgraciadamente creo que no se ha podido localizar a uno de los protagonistas, a Roberto Ziller, el brasileño, del cual se perdió la pista en Karlsruhe (Alemania), en donde estuvo dando clases hasta hace poco en una de sus universidades como doctor en física. Ayer Carlos Bremón me contaba que era una pena no poder contar con él, ya que al parecer Roberto es una de esas personas a las que da gusto escuchar. Y la verdad es que, leyendo los títulos de algunas de las investigaciones en las que ha participado como físico, debe de ser así.

Finalistas. De izquierda a derecha Balbi Irisarri, Fernando Adarraga, Jorge Imbert y Roberto Ziller. Fotografía de Gonzalo Cueto.
Finalistas. De izquierda a derecha Balbi Irisarri, Fernando Adarraga, Jorge Imbert y Roberto Ziller. Fotografía de Gonzalo Cueto.

Pero que falte uno de los protagonistas no puede ser motivo para que la final no se repita, así que en desdelacroa lanzamos varias propuestas justificadas de candidatos para sustituir al brasileño, si es que finalmente no aparece:

-Chicho Torreiro: si no hubiese sido por la ausencia de la mayoría de los surfistas coruñeses, posiblemente Chicho hubiese estado en la final.

-Gonzalo Casal “Super”: fue otro de los finalistas de 1988, pero en bodyboard, en donde ganó en una muy reñida final a Luis Veiga.

-Gonzalo Barro: por elegir a uno de los locales por excelencia de Pantín en aquella época. Otros podrían ser Luis Novo, Amable o Leo Lugilde.

-Por último, cualquiera de los semifinalistas o participantes de aquella primera edición, como por ejemplo Aitor Aguirremota o Juampe Sansinenea.

Y para completar la escena, y al igual que en 1988, la foto de la reedición debería ser sacada por Gonzalo Cueto. Sin quererlo Gonzalo inmortalizó con su cámara aquel momento, logrando una foto que se ha convertido casi en un icono para el surf gallego, y que aquel 25 de septiembre de 1988 conectó, sin quererlo, pasado, presente y futuro.

Fuente: desde la croa